Ella es el día
en las noches más oscuras.
Ya es mediodía
y parece no haber otra cura.
Él, la noche
en algo totalmente interminable.
Ya está por amanecer,
y parece que han bañado sus cuerpos en espuma.
Así a escondidas,
como perdidas travesuras,
ellos se ocultan de la luz
para poder disfrutar de su virtud.
La dicha que tienen de estar juntos,
amandose, besandose, queriendose.
Escuchandose, hablandose; y refutandose
que el uno siente más que el otro.
El enojo por los estúpidos celos,
las sonrisas por el amor eterno,
los llantos por los momentos bellos,
las carcajadas por las taradeces.
Así a escondidas,
como algo infinitamente hermoso
ellos juegan al amor interminable
para que sus cuerpos se unan en algo afable.
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