El caballero, ya pronto a partir,
hacia los desafíos de una nueva aventura.
Su doncella, triste pero apasionada,
Lo besa con mucho amor y ternura.
Y bajo un cielo teñido de negro,
le dijo: "mi corazón es tuyo, tenelo."
Es así como, a pesar de la tormenta,
se embarca en esta senil travesía.
No por imposible o poseer demencia,
sino porque no lo pensó en su cabeza necia.
Entonces, sube a su corcel,
y cabalga a más no poder.
No se imagina el dolor que traerá
ni las fuerzas malignas que lo acompañan
pues su gran aliado traicionará,
esa amistad que no los abandonaba.
¿Matará a su tan fiel corcel,
y se lo llevará al anochecer?
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