Sos la luz que liumina
mis noches de soledad.
Cuando todo está perdido
tú lo puedes rescatar.
Sos aquella que acaricia
el cuerpo que en frialdad
varias noches se acuesta
sumido en la oscuridad.
Sos aquella que me libra
de todo lo que está mal
cuando la bondad peligra
robando tranquilidad.
Ilumíname, dorada,
que tu sol me hace inmortal.
Ilumíname, alada,
y llévame al más allá.
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