Finalmente llega el caballero
a la entrada de ese alejado pueblo.
No hay alma alguna, está seguro, pero
él sabe que ni un habitante ha muerto.
Logra confirmar su suposición
Cuando ve dos parejas besándose
bajo los árboles perdura amor
su sombra cobija a dos arcángeles.
Detienéndose un momento a pensar
en su bella amada y sus ojos claros,
aquellos que con pura honestidad
prometen esperararlo hasta el ocaso.
Y así, acto seguido del caballero,
la toma de las manos suavemente
para poder jurarle amor eterno
protección y paz a su pueblo entero.
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