De mi cabeza
no te puedo sacar.
Ojalá alguna proeza
tu cuello me deje mordisquear.
Estás cuando me duermo
en mi conciencia y en mis sueños.
Cuando me despierto sos lo primero:
Quisiera ser tu dueño.
Si tan solo fueras mía
te sacaría de mi mente a mi antojo,
y aunque ya es de día,
de mi imaginación no te despojo.
Si tan solo supieras
lo que si llegara te haría.
Garapata hija de puta,
deja mi espalda tranquila.
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