Tus ojos son el prado
en el que se pierde mi mente
cuando los miro de lado a lado,
pausada y eternamente.
Tus curvas son las montañas
que recorren mis extremidades.
Dulcemente son tocadas.
por la pasión y sus bondades.
Y esa manzana que tan bien llevas
cuando caminas de lado a lado.
Quisiera comerla entera,
besarla a cada rato.
Pero tampoco olvidemos el monte,
tan bello a mitad de camino,
que luego de tan arduo tarea
recibe a su peregrino.
Finalizada la travesía
yacemos lado a lado
besándonos hasta que llega el día,
durmiendo juntos un buen rato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario