Aquella doncella
De mirada intelectual
Viajaba en el carruaje
Y leía sin cesar.
Aquella doncella,
pelirroja, sin igual,
disfrutaba del clima:
Con poca ropa gozaba desfilar.
Aquella doncella
de inscripciones en la piel,
no prestaba atención
a otra cosa cosa que no fuera él.
Aquella doncella
de piel bañada por el Sol
No hacía más que en él
enfocar toda su atención.
El caballero deseaba fervientemente
ser el libro que estaba leyendo
para que su mirada lo recorriera
de pies a cabeza, completamente.
El caballero ansiaba con ganas
que su mente lo deslumbrara
ingresando en los confines más oscuros
y penetrando con sus bellos ojos su alma.
Aquella doncella
determinada hasta el final,
se ocultaba tras el libro
mientras dejaba el tiempo atrás
¡Oh, caballero,
deja la timidez atrás!
Acércate y pregúntale
Qué tan interesante el libro está.